El precio es el importe de la contraprestación puramente económica que el cliente debe pagar para conseguir el producto o servicio. Es el factor que más influye en la decisión de compra del consumidor. Crea emociones y percepciones ligadas a la exclusividad. Afecta a las expectativas que el cliente tiene en relación con el producto y servicio.
En el momento actual triunfan, sobre todo, las marcas caras y las low cost. Los dos extremos. Parece que el mercado está dividido entre consumidores que sólo buscan calidad y otros que buscan bajo precio. Lo cual no es cierto.
Un amante de la fotografía, del cómic, del deporte o de la cocina no escatima recursos en estos productos: busca lo mejor. Sin mirar precio. Pero en otras categorías puede ser consumidor de low cost.

Políticas de precio diferenciales

Rebajas: simbolizaban el cambio de temporada y se utilizaban para liquidar stocks. Descuentos: buen gancho para captar clientes que nunca entran a nuestro establecimiento y también son un recurso para impulsar las ventas y mover los productos.
Outlet: cualquiera puede tener su corner Outlet. La designación de un espacio para los productos a saldar es importante de cara al cliente, dado que identifica rápidamente el tipo de artículo que podrá encontrar y se ve seducido por las posibles gangas. Dentro de la gestión de la tienda, se trata de estipular qué productos son susceptibles de entrar en el outlet, por caducidad, final de stock, etc.
Low Cost: éste tipo de artículos se deben cuidar con atención, pueden cambiar la imagen de calidad de tu producto y ahogar la rentabilidad del punto de venta si los márgenes son muy ajustados. Así, el mercado objetivo está definido de forma concreta, conoces bien a tus clientes y tu volumen de operaciones es lo suficientemente pequeño como para responder con rapidez y excelencia a las peticiones de tus clientes.
Hay clientes dispuestos a pagar un poco más por una experiencia excelente.