martes, 25 de octubre de 2016

NUEVAS PROFESIONES DE MODA "COOLHUNTER" O "CAZADOR DE TENDENCIAS"


El término cool hunter fue adoptado en 1997 por la revista The New Yorker para referirse a las clases de investigación de mercado que impartía la publicista Dee Dee Gordon



El Coolhunting bien hecho, aplicando técnicas sociológicas, antropológicas, culturales, artísticas y de investigación de mercado es, como sugiere su nombre, el arte (y la ciencia, quizás) de cazar tendencias. No tanto para mejorar el lanzamiento de un producto ya creado sino para proveer de información valiosa sobre gustos, trends o “modas” a todo un abanico de industrias de consumo final, software, sectores basados en la información y algunas ramas del B2B.
La definición de tendencias requiere el conocimiento, por lo menos básico del sector y de los comportamientos de los consumidores.
La idea, en resumen, es “llevar a la calle” el enfoque de vigilancia distribuida, donde muchos aportan información y muchos la consumen.
Un requisito importante es dejar a un lado prejuicios y estereotipos asociados a los grupos sociales habituales con los que nos relacionamos. Se necesita observar con imparcialidad a pesar del bombardeo de estímulos.
Coolhunting es investigación (observación y análisis) y creatividad estratégica al servicio de la innovación.
Es saber descubrir la tendencia antes (casi) de que ésta se produzca para saber cómo invertir en ella en el momento oportuno (el tipping point)


 Las características del oficio de “cazar tendencias”.

En primer lugar, definir adecuadamente el concepto de “tendencia” está en la base de todo. No es lo mismo una tendencia en complementos de moda juvenil, que una tendencia para las aplicaciones móviles de geolocalización- aunque un coolhunter puede (según su especialización) dedicarse a “la caza mayor” en ambas.


La misión del Coolhunting es muy atractiva para las empresas porque, con un lógico margen de error, ayuda a saber si un mercado se encuentra preparado para asumir algún tipo de innovación, ya sea de producto, como de comunicación, marca o distribución.


El trabajo del coolhunter es detectar los indicios de cambio en sus fases más incipientes, y determinar qué impacto puede tener sobre la oferta actual y potencial del cliente para el que trabaja. 

Según explica el Informe sobre Coolhunting: “El perfil típico del coolhunter es una persona que tiene capacidad de mirar de forma objetiva el entorno que le rodea y que puede tener gran empatía para entender la opinión de los demás o deseos y sabe buscar necesidades ocultas,  o dormidas, y cómo puede solucionarlas. Podemos decir que ésta persona es un Innovator o un Early adopter, un influenciador y un descubridor.”



Así pues podemos deducir que un buen coolhunter tiene que ser preferentemente un Early Adopter o un Innovator, para ser capaz de descubrir esa tendencia antes que los demás, y después viralizarla y sacar partido de la misma.





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